Que tal estimados lectores por cuestiones diversas estuve ausente, pero ya estamos aquí de nueva cuenta, deseándoles que estén de la mejor manera ya en este cuarto mes del año, así es que a retomar el camino.

En esta ocasión les comentare a título personal de lo que al paso del tiempo me ha tocado vivir y pasar en este duro andar por la cultura y el rock, parecieran cosas distintas pero siempre van de la mano, lamentablemente siempre la balanza en cuestión de ayudas por parte de las instituciones correspondientes, nunca ha sido equilibrada para ambos lados.

Se ha tratado en múltiples ocasiones el que se concreten subsidios de lo destinado  para proyectos culturales, artísticos o musicales, pero sin ningún resultado favorable, tan solo “migajas” y eso después de estar persistiendo durante un buen rato (cosa lamentable).

Se han intentado crear espacios destinados a las artes en general, pero estos mismos terminan en estacionamientos de chatarra vehicular de las distintas  corporaciones, se han intentado crear festivales independientes que vayan más allá de las plazas públicas, pero sin lograr que estos logren una permanencia debido al poco apoyo para los mismos.

Inclusive se ha tratado de crear caravanas del arte donde había muchas expresiones artísticas, mismas que las desaparecieron sin explicación alguna.

Cada vez que el rock se ha tratado de integrar en cuestiones de cultura, ha sido muy favorable para ambas, muchas grandes cosas han surgido de ello, recuerdo obras de teatro con grupos o música rockera en ellas, alguna vez durante un festival llamado “de dulce, de chile y manteca” en el teatro del Imss, el director de la compañía de teatro “El rinoceronte enamorado”, les pidió a las bandas que incluyeran un performance realizado por las mismas a su contentillo, y la verdad les salió muy bien a cada una.

En fin, después de muchos años hoy en día pareciera que muchas cosas vuelven, aunque de distinta manera, mucha cultura en diversos géneros, mucho rock igualmente, pero aquí viene lo bueno, la desunión es mucha y cada quien pareciera navegar por su lado, cuestión que es benéfica para las instituciones de cultura que reparten los recursos, ya que no hay ninguna solidaridad entre nadie, salvo en los eventos, cosa que en realidad no ayuda de mucho.

Hoy en día hay distintos festivales que distan mucho de aportar algo cultural, algunos festivales en pro de causas, algunos más para seguir esa permanencia y lucha de seguir mostrando cualquier tipo de arte por las calles, hoy en día un sin número de espacios que se crean con la intención de  una cultura urbana, muchos cumplen su cometido, muchos se caen y algunos solo son cantinas baratas, pero al menos se intenta desde otra óptica atraer arte, cultura y rock. Bueno estimados que todo sea para bien en estos próximos días atte JBR.