
En Tampico, Tamaulipas, Juan “El Amigo”, un taquero y ferviente seguidor del Cruz Azul, cumplió una singular apuesta tras la derrota de su equipo. El trato con su vecina y amiga Ángela Terán era claro: si ganaban los cementeros, ella se vestiría de payaso; si no, él atendería su taquería luciendo un vestido floreado. Fiel a su palabra, Juan salió a trabajar con el atuendo acordado, provocando sonrisas entre sus clientes y demostrando que las deudas de juego son deudas de honor.
La escena se volvió viral en redes sociales, donde muchos destacaron el buen humor y la integridad de Juan al cumplir su promesa. Este episodio refleja cómo la pasión por el fútbol puede generar momentos de camaradería y alegría, incluso en la derrota.