orque claro, cuando Claudia Sheinbaum habla de austeridad republicana, lo que realmente quiere decir es: “¡cómprate una mansión de lujo en Rancho Santa Fe, vecino de Bill Gates y Tiger Woods!”. O al menos así lo entendió el diputado morenista Arturo Ávila, vocero del grupo parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados, quien se mandó comprar una humilde choza valuada en 4.8 millones de dólares en la zona residencial más cara de California. Todo muy del pueblo.
Según una investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), Ávila adquirió la propiedad en marzo de 2024, casualmente cuando su empresa IBN Industrias Militares de Alta Tecnología Balística SA de CV tenía sus cuentas bloqueadas. Pero eso no impidió que el diputado se diera un gustito… porque las prioridades, ¿verdad?
La casa, que apenas alcanza los 544 metros cuadrados (porque no todo en la vida puede ser Palacio Nacional), tiene seis habitaciones —una con chimenea, por si en California hace frío— cinco baños, salón de juegos, bar, lavandería, garage para tres coches y espacio para seis más, por si algún día se le ocurre invitar a todos sus amigos austeros del Congreso.
Según el registro de propiedad de San Diego, Ávila financió el inmueble con una hipoteca de 1.9 millones de dólares. Lo curioso es que, según su declaración patrimonial, la liquidó en menos de dos meses. Un verdadero milagro financiero que haría llorar de emoción a cualquier economista. O al SAT.
Eso sí, cuando se le cuestionó sobre el tema, Ávila respondió con el nivel de cinismo que ya es tradición:
“No descubrieron absolutamente nada”, dijo, antes de ironizar con un: “Denles un Pulitzer, por favor”.
Y claro, como buen vocero del oficialismo, remató acusando que todo se trata de un ataque por su “trabajo ejemplar” como portavoz del grupo parlamentario. Tan ejemplar, que mientras el país batalla con carencias, él batalla con decidir si estaciona el Ferrari o la SUV en la cochera de su casa de campo californiana.
Pero no todo es lujo: Ávila también ha demostrado su versatilidad empresarial, asociándose en su momento con Carlos Emiliano Salinas, hijo del expresidente Carlos Salinas de Gortari. Porque la 4T es transformación, pero no tanto como para romper con las tradiciones de la élite.
En fin, la austeridad republicana no se trata de vivir con menos… se trata de vivir como magnate, siempre y cuando se grite “¡Viva Morena!” con suficiente entusiasmo.
