San Luis Potosí, S. L. P.– En opinión de la doctora M. Catalina Alfaro de la Torre, investigadora de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), la política hídrica estatal ha privilegiado la cantidad de agua por encima de su calidad, lo que representa un riesgo directo para la salud pública.
Integrante del Grupo Universitario del Agua, la especialista advirtió que, aunque se comprende la urgencia de asegurar el suministro, no debe pasarse por alto el derecho a disponer de agua segura para beber y cocinar.
Señaló que las fuentes de abasto —como pozos y las presas El Realito y San José— presentan condiciones desfavorables por contaminación orgánica y presencia de sustancias tóxicas. Además, destacó que la red de distribución deteriorada agrava el problema al permitir el ingreso de contaminantes desde el subsuelo o aguas negras.
Sobre el agua de pozo, mencionó que, pese a su baja salinidad, se han detectado niveles de fluoruro e incluso arsénico, compuestos que representan un riesgo para la salud, sin que hasta ahora existan soluciones estructurales eficaces.
Ante esta situación, recomendó el uso de agua purificada para consumo humano, ya que en general cumple con los estándares requeridos y está sujeta a vigilancia por parte de COEPRIS.
La especialista subrayó que es urgente replantear la política del agua en el estado, apostando por un enfoque que equilibre cantidad y calidad como ejes inseparables del derecho humano al agua.
