En el primer semestre de 2025, el gasto del gobierno federal en pensiones —tanto contributivas como no contributivas— superó el billón de pesos, rebasando lo invertido en conjunto en educación y salud, que sumaron 853 mil millones de pesos. Esta tendencia, que se mantiene desde 2022, ha reducido en casi 30 % la pobreza entre personas de 65 años y más entre 2018 y 2024, pero al mismo tiempo ha incrementado las carencias en servicios de salud y educación, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y la consultora Integralia.
El consultor Carlos Ramírez explicó que el fuerte incremento en el gasto se debe principalmente a la expansión de la Pensión Universal de Adultos Mayores (PUAM) durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, que universalizó el beneficio desde los 65 años y aumentó el monto del apoyo. Como resultado, el gasto en pensiones no contributivas se multiplicó por nueve desde 2018, pasando de poco más de 25 mil millones a más de 233 mil millones de pesos en 2025. En paralelo, la carencia en acceso a servicios de salud creció de 16.2 % a 34.2 % de la población, y el rezago educativo prácticamente no mostró avances.
Ramírez advirtió que el gasto en pensiones seguirá creciendo durante las próximas dos décadas debido al envejecimiento poblacional y a las obligaciones con las generaciones de transición. Sin una reforma fiscal o mayores ingresos públicos, alertó, el presupuesto para educación y salud podría estancarse o incluso disminuir, lo que pondría en riesgo el desarrollo a mediano y largo plazo en favor de resultados inmediatos en la reducción de pobreza para los adultos mayores.