Andrés Manuel López Beltrán, secretario de Organización de Morena y hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador, rompió su silencio diez días después del escándalo por sus vacaciones en Tokio, Japón. En una carta pública dirigida a militantes y simpatizantes del partido, aclaró que viajó con recursos propios tras jornadas intensas de trabajo, e incluso informó oportunamente a Luisa María Alcalde sobre sus planes de descanso.
El político detalló que viajó desde la Ciudad de México a Seattle, hizo una escala de un día y posteriormente tomó un vuelo comercial a Tokio. Rechazó versiones que lo retrataron como viajero en avión privado de la Sedena o huésped de hoteles de lujo con tarifas de hasta 50 mil pesos por noche, asegurando que pagó 7 500 pesos diarios en un hotel, con desayuno incluido.
Ante las críticas por su presencia en imágenes donde se le vio en boutiques exclusivas y hospedándose en un hotel de alto costo, López Beltrán acusó a sus adversarios políticos y “conservadores hipócritas” de haber enviado espías para fotografiarlo y orquestar una campaña de desprestigio político llena de “odio, clasismo y calumnias”. También señaló al “hampa del periodismo” como parte de una “mafia del poder económico y político” que busca difundir mentiras en su contra.
Finalmente, enfatizó que sus principios se basan en la humildad, la austeridad y una vida pública con rectitud. Reiteró que él y su partido no son corruptos, y que se rigen por valores inspirados en figuras como Benito Juárez y en el ejemplo de Claudia Sheinbaum, con el lema de “no mentir, no robar y no traicionar al pueblo de México”. También afirmó que considera justo “pagar una cuota de humillación” si eso ayuda a defender una causa justa contra lo que identificó como opresores del pueblo.