



Si pensabas que, para probar los legendarios elotes de Rioverde, San Luis Potosí, tenías que lanzarte carretera abajo, piénsalo dos veces., desde hace unas tres semanas, la familia de Francisco ha traído hasta la capital potosina el auténtico sabor de su tierra con elotes asados al carbón, “marranadas” y “caprichos” que te hacen salivar con solo olerlos.
Instalados en la calle de Madrigal, justo a un costado del Walmart de Muñoz, este rincón de antojos tradicionales abre puntualmente de 6 de la tarde a 10 de la noche y ya se está volviendo un punto de encuentro para los amantes del maíz y las garnachas bien hechas.
Los elotes, asados pacientemente al carbón como dictan las costumbres rioverdenses, tienen un sabor ahumado inconfundible. “Hay que tener alta gracia para asar los elotes y dejarlos en su punto, como allá en Rioverde”, dice Francisco, mientras voltea con maestría varias mazorcas doradas sobre las brasas.
Pero los elotes no vienen solos: también se sirven con todas las “marranadas” que puedas imaginar —mantequilla, mayonesa, queso rallado, chilito en polvo, limónl— y un toque secreto que solo los de Rioverde dominan. ¿Se te antojó? Espérate a probar los “caprichos”, una mezcla de elote desgranado bañadas en crema, queso, y todo lo que hace feliz a cualquier estómago goloso.
Así que ya lo sabes: si tienes una hermana Ana, una tía Juanita o hermanos exigentes como Juan y Pedro, no lo pienses más y lánzate por uno (o varios) de estos manjares. Te aseguro que no vas a extrañar el viaje a Rioverde… porque ahora el sabor vino a ti.