El Jolgorio, La soga al cuello. Por Gandhi

El hastío, ese achaque con reputación de frívolo, que nos hace vislumbrar, sin embargo, el abismo del que emana la necesidad de rezar. E. M. Cioran.

La caótica política mexicana ha rebasado los límites de la prudencia, en este vulgar vodevil los actores olvidan sus guiones, llegan tarde, no respetan al director de escena, a veces, ni siquiera sienten el compromiso de ir a trabajar, pero igual cobran su quincena. Es una comedia frívola, con gente pendenciera, busca-pleitos, asusta-pendejos, tiralevitas, quitapelusas, tontos de capirote, es un gran elenco de idiotas, pero se ha degradado tanto la profesión, que goza de más prestigio una pelandusca y su mamarracho, que un diputado del partido del trabajo… y se nota. Y es que por el salario que le pagamos a los funcionarios públicos deberían esforzarse un poquito, trabajar horas extras, como diría el hijo del profeta: extensas jornadas de trabajo que merecen una retribución. Aunque en el caso de “Andy” López Obrador si se leyó como una burla porque es bien sabido que en este país llamado México los junior ‘s están muy consentidos, y son caprichosos y “chillones”. No aguantan nada. Ya quisiera el hijo del presidente Andrés Manuel López Obrador haber pasado hambre y frío -como Gerardo Fernández Noroña- para llegar a donde está, nadie le regaló nada, y hubo de hacer cosas despreciables, como el hecho de aceptar que la nomenclatura del movimiento cuatrotero jamás lo aceptará más que como a un chivo en cristalería. Es curioso que el personaje se haya salido de control en la última semana, se “encorajinó” con la vida -y los que ahí viven- y llenó su copa de soberbia, comenzó a mirar de reojo y por encima del hombro. Es bien sabido que cuando se pierde la perspectiva no se puede medir el riesgo, así fue como terminó envuelto en una riña de embusteros -o como a él le gusta llamarle, “una emboscada”. Todo México ha visto el video, y es terrible, pero Noroña nunca se dio cuenta que estaba rodeado de priístas y nadie de la bancada morenista reaccionó, más que un pobre ujier que habiendo sido contratado como camarógrafo se sintió guardaespaldas y muy valeroso le puso el pecho a las balas. Desafortunadamente al héroe le bastó un soplido para caer cuán largo y ancho fue su cuerpo flácido.

Quiero pensar que Alejandro Moreno el principal agresor se arrepintió inmediatamente de su imprudencia, pero en cuanto se enteró de que las redes sociales explotaron en favor del bando de los rudos aceptó la autoría del atentado y la paternidad del grupo desestabilizador. Solo en una cosa se equivocó “Alito” Moreno, al día siguiente del desaguisado convocó a una marcha de priístas y pues, una organización de aseadores de calzado junta más personas que el partido revolucionario institucional. Ya no son aquellos días en que el PRI era el partido de las mayorías, cuando lo acepten y dejen de hacer el ridículo podremos decir que hay una esperanza de renacer. Por lo pronto “Alito” le pegó a la persona correcta, incluso si hubiera pateado a un perro sin dueño, el respetable lo habría lamentado más. En resumen, es la mejor iniciativa que ha tenido el legislador priísta y no fue aprobada por el voto mayoritario de los legisladores, pero si por el tribunal de la plebe, en el ágora virtual en que se han convertido las redes sociales. Es algo que estará en la historia de México por lo que resta de la eternidad, el día que le rompieron el hocico al más hablantín de los cuatroteros.

Mientras tanto en San Luis Potosí, tercera semana de dispendio en la feria nacional potosina. La verdad es que la ciudad no estaba preparada para la pléyade de artistas nacionales e internacionales que han desfilado por la capital potosina. Es grato saber que tenemos un gobernador que se preocupa más por la satisfacción de su pueblo que por otras cosas menos prioritarias, total, lo bailado nadie nos los va quitar, con los otros problemas ya estamos acostumbrados a lidiar, no tiene caso enumerarlos, sería de mal gusto, sobretodo ahora que nos disponemos a vestir de rancheros de ciudad para ir a despedir del verano escuchando al grupo Frontera -que según he sido informado, son muy famosos. Ya mañana volveremos a la programación habitual, los mismos diputados pretenciosos y socarrones, la necesaria aprobación de la ley orgánica del Poder Judicial y la expectación por la resolución de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal en relación a la impugnación de los candidatos a magistrados de Morena que no fueron capaces de ganar en las urnas, y ahora, maliciosamente pretender hurtar tres de las quince magistraturas del supremo tribunal de justicia -y una del tribunal de disciplina- aprovechando algunos desatinos de los operadores de la secretaría general de gobierno en el armado de la planilla ganadora. Dicen que al mejor cazador se le escapa la liebre y al mejor cocinero se le va un chile entero, ojalá -y lo digo de todo corazón- no se caigan esos tres  magistrados que están en riesgo porque: ¿con qué cuentas le va salir el secretario José Guadalupe Torres al gobernador Ricardo Gallardo Cardona?

Máxime cuando no se repara en gastos y recursos humanos, el gobernador no es alguien que acepte pretextos como respuestas, el tipo deja la procrastinación para los jefes, o sea, él en un día cualquiera de un mes impar en año bisiesto -siempre. Faltan dos años para entregar el poder y le falta poco para acabar con la oposición, a los que no compra los acorrala y los pulveriza, algunos como Sara Rocha y lo que queda del PRI le salen baratos, es como comprar políticos de segunda mano en el tianguis de la vida, otros, necesitan un mayor esfuerzo, táctica y estrategia, pero, ¿qué sería de la vida si no hubiera con quien pelear?. Ricardo Gallardo quizás si logre lo que no pudo Juan Manuel Carreras en su último año, controlar a la oposición y administrar la sucesión. Suele decirse que a cualquier gobernador le preocupa primordialmente su séptimo año, tal parece que al personaje de marras le angustia el treceavo año. Quién sabe si para entonces exista un mundo, o si habrá agua suficiente para que siga existiendo una ciudad aquí donde el capitán mestizo Miguel Caldera se encontró con los huachichiles por primera vez cuando vinieron a beber agua del charco en la plaza de los fundadores. Yo me imagino que el dirigente nacional del partido verde Manuel Velasco está colocando el estado de San Luis Potosí en la prioridad número uno de su negociación con Morena nacional, porque rumores van, rumores vienen, pero todos sabemos que nuestro estado es el ombligo del mundo, o de mínimo el del país. Lo que aquí sucede repercute en todo México y amenaza la relación bilateral con los gringos, es cierto que somos más famosos por nuestras quinceañeras, pero no todo es la farándula, también de vez en cuando hay que conspirar, perdón, trabajar.

A propósito de malestares estomacales y crudas por mezclar vodka y cerveza, el alcalde capitalino Enrique Galindo Ceballos festejó su cumpleaños una semana después, hizo una comilona -como las de antes- nomás para mostrar músculo, el salón río se vistió de manteles largos, políticos panistas, periodistas, gente del pueblo y lacayos en general se colgaron sus mejores prendas y se perfumaron en exceso. En compañía de sus colaboradores más cercanos departió anécdotas y virtuosas libaciones hasta casi entregar el salón y despedir el mariachi, al grito de “aquí nadie se raja” se hicieron los juramentos de rigor y las promesas de ocasión, quién sabe cómo será el festejo del próximo año en plena efervescencia política y quizás ya con la hoja de ruta sellada. Falta mucho para poder hacer una predicción del posible escenario político para el 2027, lo que sí es seguro es que el tipo estará en una boleta y formará parte del tinglado que una vez más intentarán divertir al pueblo con ideas ingeniosas y el dispendio de regalos, dádivas y promesas, siempre promesas. Sea pues Enrique Galindo Ceballos, has cavado la última trinchera, cuando caiga será la última resistencia de los que se niegan a cambiar de residencia efectiva. Aunque como bien decía un sabio filósofo callejero: hasta a la mugre se acostumbra uno.

@gandhiantipatro