
Ciudad del Vaticano, 26 de abril de 2025 — Miles de fieles, líderes mundiales y representantes de distintas religiones se congregaron hoy en la Plaza de San Pedro para rendir homenaje final a Su Santidad el papa Francisco, quien falleció el pasado [fecha del fallecimiento] a los 88 años. La ceremonia, cargada de emoción y recogimiento, marcó el cierre de una era en la historia de la Iglesia católica.
El féretro de Francisco, sencillo y de madera, como él mismo había solicitado en vida, fue llevado en procesión mientras sonaban las campanas de San Pedro. El rito fue presidido por el decano del Colegio Cardenalicio, en presencia de cientos de cardenales, obispos, jefes de Estado y delegaciones de todo el mundo.
Desde las primeras horas de la madrugada, fieles provenientes de diferentes continentes ocuparon la explanada y las calles adyacentes, en una multitudinaria despedida que recordó otros momentos históricos de la Iglesia. Pancartas con mensajes de gratitud, banderas de Argentina —su país natal— y oraciones en varios idiomas acompañaron el ambiente de recogimiento.
Durante la homilía, se destacaron los principales legados de Francisco: su apuesta decidida por una Iglesia “en salida”, su incansable defensa de los más pobres y vulnerables, su llamado al cuidado del medio ambiente y su empeño en tender puentes entre pueblos y credos.
“Francisco nos enseñó que el amor y la humildad son los verdaderos caminos hacia Dios”, dijo el cardenal [nombre], quien ofició la misa solemne.
El entierro se realizó en las grutas vaticanas, en una tumba sencilla junto a otros pontífices. Siguiendo sus deseos, se evitó cualquier gesto de ostentación. Durante el sepelio, sonó el canto del “Salve Regina”, entonado por un coro de niños, y se guardó un emotivo minuto de silencio que sobrecogió a todos los presentes.
El papa Francisco, nacido Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires en 1936, fue el primer pontífice latinoamericano y el primero de la Compañía de Jesús en ser elegido Papa. Su pontificado, iniciado en marzo de 2013, estuvo marcado por una profunda reforma pastoral y una apertura hacia los desafíos del mundo contemporáneo.
Con su partida, millones de creyentes en todo el mundo recordarán a un pastor cercano, sencillo y valiente, cuya sonrisa humilde sigue iluminando el corazón de la Iglesia.