diciembre 21, 2024

Entrevista: San Luis Potosí vive su mejor momento para el crecimiento del Jazz: Aniela Batres, vibrafonista

 
Por Gerardo Guillermo Almendárez Mireles. 

 
Fotos: Dora Kroetzsch Zepeda. 

 
San Luis Potosí, S. L. P.- Sus manos son como rápidos y gráciles colibríes sobre un racimo de flores, y extraen metálicas notas, que de a poco taladran sutilmente los oídos, o de vez en vez abren un boquete de sentimientos y sensaciones, que se expanden desde el pecho hacia toda la humanidad de quien le escucha. 

Ella es Aniela Batres, la vibrafonista, líder de un singular proyecto jazzistico de excelente manufactura, heredero del camino musical iniciado en este San Luis Potosí por el maestro Jorge Martínez Zapata, y continuado luego por su hijo, el maestro Samuel Martínez, para dar lugar a una excelente generación de artistas de este terruño. 

Ella es la misma jazzista, Aniela, – quien el sábado anterior deleitó a un centenar de amantes del jazz con los sonidos de su instrumento, – y el acompañamiento del resto de los integrantes de su cuarteto, contingente que pudo comprobar las afirmaciones de la vibrafonista: San Luis Potosí, se encuentra en el mejor momento para el desarrollo de la música de jazz. 

Al finalizar su presentación, éste reportero y la autora de las fotografías para Vox Populi, nos acercamos a felicitar a la artista, quien de inmediato con una gran sonrisa, accede a concedernos ésta entrevista. 

Sus inicios en el vibráfono y las dificultades de liderar un proyecto de jazz 

De entrada comentamos acerca de lo extraordinario que resulta que la ejecutante de un instrumento poco común, como el vibráfono, lidere un proyecto musical como el suyo, frente a lo cual responde que ésa es una tarea “muy difícil”. 

Enseguida, Aniela se asume como nativa de ésta ciudad, donde desde niña se formó musicalmente, y resultó atrapada por el vibráfono aún en la niñez, toda vez que los 14 años comenzó, como si fuera un juego, a tocar ese instrumento, que le enamoró. 

  • “Yo tocaba música clásica; comencé tocando música clásica, y a partir de ello conocí el jazz, aunque perdí al maestro que tenía, quien era ruso, y al salir de la sinfónica perdió su trabajo”, memora la entrevistada, quien refiere que su iniciación formal en la música se registró en el Centro de las Artes de San Luis Potosí, en un programa de percusión clásica, donde comenzó a tocar batería, además de que recibió nociones de teclados, de parte del maestro Valentín Gaygin; “nunca lo olvidé, fue mi mejor maestro”, señala de quien fuera el principal percusionista de la sinfónica, allá por el año 2010. 

Al quedar sin la tutela de quien la condujera por el camino de las percusiones, Aniela inicia el programa de jazz del Centro de las Artes, y ya que tocaba con anterioridad el vibráfono, y que en su casa era común escuchar jazz, de pronto se vio sorprendida, “ya que no sabía que podía tocar ese género en mi instrumento”, pero la costumbre de escuchar a otros compañeros, y conocer un disco “buenisimo” de Gary Burton con Astor Piazzola, fueron los elementos definitivos por lo que se interesó realmente, como una forma de vida, por el género en el que hoy se desenvuelve, más que como un pez en el agua. 

Y justamente por esos días, se abría el programa académico con el maestro Samuel Martínez, hoy director del programa de jazz en el Centro de las Artes. Fue así como incursionó en pleno en ese tipo de música, al grado que junto con otros compañeros, – también de procedencia potosina -, más tarde emprendió la aventura de viajar a Puerto Rico para continuar con su preparación musical. 

Respecto a la formación de músicos más preparados, recuerda que a partir del maestro Jorge Martínez Zapata “se forma una línea, entre lo que uno quiere, y a lo que uno aspira; y lo nombro a él, porque es a quien yo conocí, y en San Luis Potosí, él es el precursor del movimiento jazzistico potosino, que ha continuado su hijo Samuel, así como amigos de éste de ésa época, como Richy Vega, Memo Barrón, Karina, Collins; ésa generación es la que nos trajo una representación de aquello a lo que íbamos a aspirar”. 

A partir de lo anterior, advierte: “Mis músicos son buenísimos, y son de una nueva generación de increíbles músicos potosinos; de gran trayectoria y con proyectos personales muy buenos”. 

Ése es el caso del bajista Jorge Parra, quien también estudió en Puerto Rico; el pianista Dany Uresti, quien estudió en el Conservatorio de Jalapa; y el baterista Adán Silva, graduado del Centro de las Artes de San Luis Potosí, quienes en conjunto son parte de una generación prohijada por el maestro Martínez Zapata, quien dio clase en el CEART al igual que su hijo Samuel “y todos entramos en ese momento, y ahí nos comenzamos a desarrollar. 

San Luis Potosí en el universo del jazz 

Más adelante le pido su opinión de San Luis Potosí como centro de expresión jazzística en el centro del país, y responde:  

  • Yo he tenido muchos despertares en ese sentido. Al principio, cuando me fui a estudiar en 2014, yo sentí que estaba creciendo este movimiento. Yo venía en los veranos y veía que los músicos se movían en los bares que promovían el jazz, todos ellos por el centro de la ciudad, como La Piquería, o la Cervecería San Luis, donde se veía un empuje al movimiento. 
  • “Después de la pandemia, fue justo cuando me tocó regresar, ya que me gradué, y fue cuando noté que todo ese movimiento se cayó, pero aún así siento que había ya una formación de público que estaba esperando el jazz. Que ya conocía y que sabía dónde se tocaba. Entonces siento que es un movimiento que está a lo mejor dirigido solamente a una población en específico, y siento que debería abrirse más. Como éste evento que hizo hoy Mara – promotora cultural de Casa bauen -, que trajo el jazz a un espacio donde no comúnmente se trae, porque en ésta zona – en la delegación de Pozos -, no es que no lo conozcan, porque en los bares del centro ya sabemos que lo podemos encontrar, ya sabemos los nombres de quienes se pueden presentar, pero en otros lados de la ciudad no se desarrolla tanto”, lamenta.  
  • Entonces, – prosigue Aniela -, siento que es un movimiento que por un lado se está volviendo a desarrollar, porque hubo una pausa muy grande, y por otro lado siento que hay gente que le gusta el género, y no sabe que le gusta, o no tiene el acceso, o simplemente no conoce esta música. Hay gente a quien le gusta la música en vivo, pero no sabe que le puede gustar esto, porque el jazz tiene mucha relación con lo que se conoce como música clásica, pues viene de ahí, hace notar la musicante. 

El vibráfono como referente en el jazz 

Los comentarios anteriores sirven para recordarle a quien esto escribe sus primeros encuentros con el jazz, acompañado de vibráfono, y la música de Bach, a través del Modern Jazz Quartet, y su vibrafonista Milt Jackson, por lo que Aniela entusiasmada comenta:  

  • Exacto, es un contrapunto, que viene justo. El jazz, siento que ha tomado formas y colores de la músicas clásica y las ha atraído. Siento que el jazz ha tomado prestado el movimiento de la música clásica, con el desarrollo y su evolución, y los ha adaptado, con otras funciones. 
  • “Y si, el Modern Jazz Quartet y Milt Jackson, justamente, creo que se caracterizan por tomar el jazz y lo que se conoce como el be bop, ése estilo y momento del jazz, en el que la música no era toda para los músicos, sino también para el bailador, porque mucho tiempo fue bailado. 
  • Siento que el Modern Jazz Quartet presenta arreglos de música del jazz, pero adaptados como un formato, a veces, de fuga; melodías y contramelodías, en situaciones que a lo mejor no se habían presentado antes. El Modern Jazz Quartet tiene eso, que toma eventos de la música clásica, que se desarrollaba en ese momento, y los adapta al jazz y a la improvisación, y Milt Jackson sabe cómo hacerlo, es el experto en esto, y ahí es donde comienza todo, aunque no es el primero, ya que el vibráfono proviene de la televisión.  
  • Se presenta primordialmente para efectos en la televisión, y de ahí surge Leydi Hampton, quien fue el primero en el vibráfono. Él era un entretenedor y se dedicaba a tocar ese instrumento, además de que era guitarrista, por lo que era conocido, además de cantar, así que él es quien expone el vibráfono, cuya utilización empieza a crecer, porque era muy diferente. 

Damos un pequeño giro y centramos la plática ahora sobre las características del instrumento, de su sensualidad y otras condiciones que atrapan al escucha: “Es a veces hasta etéreo, con ese sonido tan dulce”, ataja, Aniela. 

Doy mi punto de vista, acerca de cómo el vibráfono se ha identificado mucho con lo latino, pero la voz de la experta corrige y amplía:  

  • “Es un instrumento muy mutable, porque tiene muchas posibilidades. El sonido hace que sea muy adaptable a cualquier situación, y cómo puede estar en la música clásica, puede estar en el pop, en el jazz, o lo latino; su sonido se deja llevar a donde tú quieras”, asienta la también compositora, faceta de la cual en su concierto presentó una tercia de piezas, todas ellas poseedoras de un discurso jazzístico totalmente coherente y armónico, que prácticamente, por su calidad, en nada se diferencian de las composiciones de los grandes monstruos del jazz. 

El vibráfono, catalizador de emociones  

Junto a una emocionada ejecutante, cada vez más imbuída en su tema, abordamos ahora el tópico sobre las emociones y sensaciones que despierta el vibráfono, cuyos sonidos, coincidimos, llegan o se introducen por el pecho de quienes lo escuchan: “Es algo que siempre me da directo ahí”, revela con emoción. 

Ya en la recta final de la entrevista, Aniela Batres envía un mensaje a otras mujeres que han incursionado en el jazz, o que pudieran hacerlo, para que “no lo piensen”, aunque advierte que a veces es muy difícil mantenerse en la escena del jazz en San Luis Potosí, porque es muy pequeña, pero justo lo que se está haciendo, – como su presentación del sábado en Container Park, y próximamente el festival Síncopa -, son espacios muy propicios para crecer, “y para no quedarte en el concepto de querer ser músico, sino de tratar de contar con un espacio para el jazz, que es difícil, y en concentrarse en que estás creando en este momento, y aunque es difícil, sí puedes abrirte y encontrarte a tí misma haciendo esto, señala con total convencimiento. 

El de hoy, el mejor momento para el jazz en San Luis Potosí 

Pregunto entonces si es un buen momento para el jazz en San Luis Potosí, y de botepronto, Aniela, sin duda alguna, afirma que: 

  • “Honestamente, es el mejor momento, porque cuando yo me fuí estaba pasando un buen momento, pero mucha gente no estaba tan presente, y ahora es un momento para concientizar a las personas de que ésto existe, y de que San Luis, así como Guadalajara, es una ciudad donde hay talento, y es una ciudad que puede impulsar a sus próximas generaciones. Creo que hay qué promover mucho, y abrirse a la posibilidad de escuchar cosas diferentes: No todo es banda, no todo es reguetón y justo la barrera entre la música clásica o el jazz y la música que se escucha popularmente, y es que hay qué prestar atención. Eso es lo difícil”. 
  • En el reguetón, señala, – al tiempo de confesar su gusto por ese género -, y en general en la música popular, “no por discriminar, no hay qué prestar tanta atención. Tú escuchas acordes simples, y escuchas melodía, y aún así es música bien hecha. Pero cuando tienes qué escuchar música diferente, con una intención diferente, como es el jazz o la música clásica, la gente ya no presta atención: La gente quiere todo fácil, y creo que es una oportunidad para seguir prestando atención; escuchando, dejando que los sentidos estén, porque antes, con la música clásica, la gente iba al teatro a escuchar, y la gente sabía sobre la música que estaba escuchando. 

“Es regresar a eso, a saber lo que se está escuchando. Para todo tenemos la sensibilidad y la musicalidad; es cuestión de desarrollarla”, remata la jazzista, ya cansadapero felñiz por una noche jubilosa y de éxito, repleta de emociones para ella, y por supuesto, para su satisfecho público.