La “Sala de las Lágrimas”, también conocida como “Stanza delle Lacrime”, es un espacio íntimo y austero ubicado junto a la Capilla Sixtina en el Vaticano. Tras aceptar su elección, el nuevo Papa se retira a esta sala para vestirse con las vestiduras papales, donde le esperan tres sotanas blancas de diferentes tallas, una muceta y una estola, preparadas por los sastres del Vaticano. El nombre proviene de la tradición iniciada con el Papa Gregorio XIV en 1590, quien derramó lágrimas al asumir el peso de su nuevo cargo. Este momento representa una profunda transformación espiritual y emocional, donde el cardenal elegido reflexiona sobre la magnitud de su nueva responsabilidad como líder de la Iglesia Católica. Después de este retiro, el nuevo pontífice se presenta al mundo desde el balcón de la Basílica de San Pedro con la tradicional frase “Habemus Papam”.