diciembre 14, 2024

Fallecimiento del hacendado Pantaleón Ipiña Eguía, quien fuera presidente municipal de SLP: 22 de diciembre de 1843

– Fue propietario de la exitosa hacienda La Parada, que más tarde se divide y da origen a Santa Teresa, gran finca mezcalera.

Un Día en la Historia de San Luis Potosí

Por Fernando Chavira López.

San Luis Potosí, S. L. P.- El 21 de diciembre de 1843, fallece en la ciudad de San Luis Potosí PANTALEÓN IPIÑA EGUÍA, prospero comerciante y hacendado en San Luis Potosí, primer Presidente Municipal de la capital. Oriundo de Valle de Zeberio, Vizcaya, España. Fue propietario de la exitosa hacienda “La Parada”, la que adquirió por compra, al casarse con Josefa de la Cortina, viuda del anterior propietario. (Geneanet).

Dicha hacienda fue fundada por Gabriel Ortiz de Fuenmayor en 1605, quien sin sucesión la heredó a su esposa Isabel Pérez de Fuenmayor en 1617. Fue vendida a los Jesuitas en 1623.

En 1776 con la expulsión de los Jesuitas pasó a la Junta de Temporalidades de la Corona Española; en 1783 fue vendida a Luis Cabeza de Vaca quien murió el mismo día que le fue adjudicada, y luego la adquirió su yerno, Ángel Prieto de la Maza, quien murió en el proceso de Independencia.

La heredó su sobrino Manuel Prieto muriendo este en 1820, quedando su viuda Josefa de la Cortina como coheredera, Doña Josefa se casó con Don Pantaleón Ipiña y Eguía, quien compró la hacienda en 1822, enviudando en 1823 y ese mismo año muere su primogénito.

Don Pantaleón se casó en 1834 con Doña Genoveva de la Peña Santacruz, procreando a sus hijos María Jovita, José María Encarnación y Petronila Ipiña de la Peña.

Don Pantaleón murió en 1843 dejando un legado enorme, acrecentando la productividad de la hacienda; también construyó la Mezcalera La Cruz en 1830.

Hacienda La Parada

Su viuda casó con Don Casimiro Toranzo en 1847, que fue como un padre para los hijos de Don Pantaleón.

Don Casimiro trabajó y acrecentó la hacienda ejemplarmente, y murió en 1871. A la muerte de la hermana mayor, Jovita, la hacienda quedó en manos de José Encarnación y su hermana Petronila, siendo hacendados ejemplares, modernizando y construyendo fincas mezcaleras.

En 1892 la parada se divide en partes iguales entre los hermanos, quedando La Parada para Doña Petronila y la otra mitad generando otra nueva hacienda: Santa Teresa, gran finca mezcalera, siendo estas, ejemplo de productividad en el Estado hasta que llegó la Revolución para dar paso al colapso de esta ejemplar hacienda.

La hacienda en general se encuentra en grave proceso de destrucción a causa de la rapiña ejidal y el inevitable paso de el tiempo. (Descripción de Luciano Torres Aguiñaga).

-Figura 1, pintura de Pantaleón Ipiña Eguia de autor desconocido.

-Pintura de la ex hacienda La Parada, publicada por la Secretaria de Cultura Estatal.