– Más tarde se genera un pleito legal por esas tierras, entre los jesuitas e indígenas tlaxcaltecas, quienes en 1591 se habían asentado en esa región.
– Los jesuítas se distinguieron por poseer grandes propiedades, dedicadas a la explotación agropecuaria.
Un día en la historia de San Luis Potosí.
Por Fernando Chavira López.
San Luis Potosí, S. L. P.- El 13 de noviembre de 1623, Isabel Pérez viuda de GABRIEL ORTIZ DE FUENMAYOR vende “La Parada Nueva” a fray Luis de Molina de la Compañía de Jesús con la labor que hay en ella y un ejido de molino, que incluía siete sitios de ganado mayor y 18 caballerías, equivalentes a 13,066 hectáreas, superficie considerable, que incluía 3,680 ovejas.
Los jesuitas se destacaron por su labor educativa y doctrinal, pero también por poseer extensas propiedades rurales dedicadas a la explotación agropecuaria, que adquirían por medio de mercedes reales, donaciones o compra a particulares.
Los jesuitas no establecieron ninguna misión en el pueblo español de San Luis Minas del Potosí, pero sí tuvieron su iglesia, y desde su llegada fundaron el Colegio de San Luis Potosí para ejercer su vocación docente, y compraron varias estancias y sitios de ganado.
En este artículo se trata el pleito legal por las tierras de la hacienda La Parada entre los jesuitas del Colegio de San Luis y los indios tlaxcaltecas de San Miguel Mexquitic, quienes en 1591 llegaron a este lugar y fundaron su pueblo.
Se analiza este conflicto por las tierras de esa hacienda planteando la hipótesis de que detrás del litigio estaba la mano de los franciscanos, doctrineros y aliados de los tlaxcaltecas, ante el desacuerdo con el establecimiento de los jesuitas en el pueblo de San Luis Minas del Potosí en 1623 obteniendo éstos buenas donaciones y beneficios de los vecinos más pudientes.
Gabriel Ortiz de Fuenmayor, lugarteniente de Miguel Caldera fundó varias haciendas en lo que hoy es territorio potosino. Aparte de La Parada en San Miguel Mexquitic, estuvieron en San Antonio de la Sauceda; en San José de la Carrera; Espiritu Santo, en Pinos; y Bocas de Maticoya en San Luis Potosí, sí como en otras haciendas de beneficio minero.
–“Cinco Haciendas Mexicanas”, por Jant Bazant.