Hablar de futbol es hablar de Pelé, y hablar de Pelé es hablar de futbol.
El tema casi siempre desemboca en quién ha sido el mejor jugador de la historia y, con el perdón de Lionel Messi y sus muchísimos admiradores, la Perla Negra de Brasil sigue en primer lugar.
Por supuesto que toda afirmación debe tener elementos para sostenerla, y con Edson Arantes do Nascimento los argumentos abundan, desde que a la edad de 15 años vistió la camiseta oficial del club de la mayor parte de su vida: el Santos.
En el libro que narra la historia de su vida, Mi legado, Pelé se declara partidario del “juego bonito”, y en sus propias palabras es un estilo y una forma de vida donde la belleza estética y la efectividad se hacen inseparables. No es un sistema ni un método de juego, es un gusto.
Es un estilo y una forma de vivir el futbol donde la belleza estética y la efectividad se hacen inseparables.
Entre los futbolistas que menciona como practicantes de ese juego están Garrincha, de quien dice que nunca hubo un puntero derecho como él.
Habla de Vavá, a quien llamó “el abuelo” del Mundial de Chile, pues cuando lo jugó tenía 38 años de edad.
No olvida a Tostão, a quien muchos llamaron “el Pelé blanco”, lo cual afirma que lo honra, y quien luego de un accidente pudo recuperarse para jugar el Mundial de 1970 en México.
En ese equipo del Mundial mexicano también estaba Jairzinho, el hombre del dribbling largo y la velocidad endemoniada, que llegó a marcar 37 goles en una temporada.
Continuará…….