– De la “terquedad” en la Isla a la crítica del “pobre facho” en tierras mexicanas: Una charla sin filtros sobre el poder, la manipulación social y el arte de la memoria.
Por Gerardo Guillermo Almendárez Mireles
San Luis Potosí, S. L. P.- Dentro de la primera entrega de esta entrevista, ya decíamos que Virulo es un hombre de una inteligencia humorística a toda prueba, pero también afirmábamos que se trata de un hombre con ideas claras y firmes, y lo mismo habla de la política mexicana, que de la situación de su propio país, Cuba, o de cuestiones de geopolítica, refiriéndose nada bien al actual presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Donald Trump.
Ya entrada en calor la plática, después de hablar primordialmente del humor y de su trabajo personal, me animo a pasar a temas más escabrosos y controversiales, no sin antes hacer una profesión de fe hacia lo que fuera el sistema político cubano, cuyo rumbo hoy provoca tanto desconcierto que el propio Virulo lo nota en mi actitud y mis palabras, por lo que, afortunadamente para mí, amablemente me arrebata el uso de la palabra.
GGAM: Y bueno, 40 años fuera de Cuba…
Virulo: Claro, en esos 40 años yo fui a Cuba, me pasaba un par de años, regresaba, vivía. Iba con mi familia.
GGAM: ¿Cómo ves la situación de Cuba hoy? Veo que en tus canciones nos reímos, pero siento que hay una crítica al sistema cubano. Yo he sido admirador del sistema, pero desafortunadamente…
Virulo: Hay una terquedad absurda por no cambiar. Un miedo al cambio que va a acabar con todo. Eso Fidel lo dijo hace muchos años en un discurso: “Nadie va a ser capaz de tumbar la Revolución, salvo nosotros mismos”. Y eso es lo que está pasando. Es la terquedad, la estupidez y, muchas veces, la ignorancia. Raúl no tiene ni la brillantez ni la capacidad de Fidel; sigue siendo un hombre gris.
GGAM: Pero Raúl Castro está detrás de Miguel Díaz-Canel —asumo en tono de afirmación—.
Virulo: Pues yo creo que es el que manda. El mejor chiste lo hicieron en Cuba: dicen que Canel tiene la pantalla, pero Raúl tiene el control de frecuencia. Le cambia de canal, le pone voz, se la baja, se la quita… Entonces, no sabemos realmente si Canel es este que sale repitiendo la misma cosa, o si él quisiera tener otra óptica pero sencillamente no tiene el poder para hacerlo. Cuba es un país atrapado en una situación que no se ve en los medios: entre el odio de los gringos y el de los cubanos que salen de la isla queriendo destruirlo todo.
Los de adentro, esa cúpula, sienten la presión de que no pueden darse el lujo de cambiar nada porque eso acabaría con su poder. El afán de mantener el poder por encima de todo es muy triste. Voy a decir una cosa terrible: yo creo que la Revolución se acabó. Ya. Eso no es revolución, ni creo en esos “revolucionarios”.
GGAM: ¿Pero sigues creyendo que debe haber un movimiento revolucionario?
Virulo: Sigo creyendo en la utopía, pero en el caso de Cuba, le dieron en la madre. Hay intereses que llaman la atención: ¿Por qué todos los grandes dirigentes tienen a sus hijos estudiando fuera? España, Estados Unidos… Todo el mundo fuera de Cuba.
Roberto Valenciano: ¿Crees que eso se repite en México?
Virulo: No. Yo creo que México tiene una revolución humanista, más que nada. No tiene nada que ver con una revolución socialista. De ninguna manera.
RV: Pero estamos hablando de izquierda, ¿no?
Virulo: No es de izquierda, no es de izquierda —repite, como queriendo convencer a quienes hablan del tema sin noción—. Yo creo que tanto López Obrador como Claudia Sheinbaum tienen claro que buscan compensar. Eso era muy necesario en México; había demasiada diferencia. Había gente muriéndose de hambre al lado de los más ricos del planeta.
—Entre esos personajes, Virulo recuerda a Carlos Slim—: “Él me cae bien porque me parece un hombre honesto”, opina, para proseguir: “Es un millonario honesto que admite que ahora gana más que antes. México debe ser consciente de su frontera con Estados Unidos y su vulnerabilidad, pero hace falta equilibrar el país”.
El otro día, a mi hijo que está en la universidad lo mandaron al Museo de las Intervenciones. Yo no había ido nunca; sales con el corazón apretado de todo lo que le han hecho a México: La Reforma, la Guerra de los Pasteles, las invasiones francesas y gringas… Es muy interesante, pero el 90% de los mexicanos no conocen eso. Por eso, de repente, tienes a unos pendejos apoyando al “tío Richie” (El empresario Ricardo Salinas Pliego). La derecha ha tenido éxito creando al “pobre facho”: El tipo que está jodido, pero su pensamiento es fascista. Un fascismo que no le va a brindar nada, pero él lo apoya.
Roberto Valenciano: ¿Lo que llaman el lumpen?
Virulo: No necesariamente. Los que apoyan al “tío Richie”, se los va a chingar toda la vida, pero tienen el sueño de que un día pertenecerán a esa clase. Es el ejemplo más representativo: Él tiene esas tiendas (Elektra) con satisfactores que supuestamente te sacan de la pobreza. Yo tenía un músico muy humilde y le pregunté dónde compraba. Me dijo que en Elektra. Le dije: “Cabrón, ¿sabes que en el Palacio de Hierro eso mismo es más barato?”. No se atrevía a entrar al Palacio de Hierro; hay una barrera clasista. Él cree que su lugar es Elektra, y ahí se lo chingan con abonos chiquitos que hacen que un televisor de 10 mil pesos le acabe costando 40 mil. Esa manipulación es muy cabrona. Por eso creo que lo que hacen López Obrador y Claudia es necesario, porque era demasiado injusto. Falta muchísimo, pero es un proceso. Ese apoyo de dos mil pesitos mensuales le está salvando la vida a mucha gente.
RV: Hablando de ayudas, ¿es cierto que México ayuda a Cuba con petróleo?
Virulo: Muy poquito. No es representativo; un barquito cada seis meses. La situación de Cuba es desesperada, y ahora que cortaron el suministro desde Venezuela, está muy cabrón.
GGAM: Y ahora con el señor “Trumpetas”…
Virulo: Sí, que secuestró un barco. Eso es un robo, es piratería. Estamos en un momento peligroso porque Trump es un imbécil defendiendo a la extrema derecha mundial, que siempre es muy estúpida. Mira lo que pasó en Chile: Gente votando por un tipo que quiere rescatar la figura de Pinochet.
Memorias y el humor musical
De pronto, Alejandro García Villalón recuerda que debe rescatar su abrigo del frío de la noche, se lo calza y prosigue hablando de su libro de memorias:
Virulo: He parado la escritura para replantearme cosas. Tengo escrita la historia hasta que vine a México, pero me falta todo mi tiempo aquí, y tengo mucha historia. Desde que canté con Chava Flores en un programa de televisión de una hora, hasta mi trabajo con Lupita Pineda, Eugenia León y el grupo Sanampay. Tengo que hablar de mi trabajo con Alejandro Aura y Germán Dehesa; con Germán hicimos un show juntos.
Durante la charla, el habilidoso guitarrista Rachid López, quien durante los conciertos del pasado fin de semana hiciera cantar al público pieza como Pequeña serenata diurna y El Necio, de Silvio Rodríguez, se ha mantenido sumamente atento y risueño en torno a los comentarios de Virulo, por lo que trato de incorporarlo un tanto fallidamente, frente a las abundantes palabras y recuerdos de Virulo. Rachid se expresa más bien con las manos y con las cuerdas, en forma excelsa, habría qué decirlo.
GGAM: ¿Tú estás viviendo en México ahora, Rachid?
Rachid López: Hoy cumplo un año como residente.
Virulo: Sí, ya Rachid viene para acá con su familia y se queda con nosotros.
Aunque trato de continuar la plática con el guitarrista, Roberto sigue entusiasmado con escuchar al titular del espectáculo de la noche:
RV: ¿Qué músicos humoristas nos recomendarías?
Virulo: Primero, Les Luthiers siempre. Ernesto Acher es como una brújula. Me gusta mucho Leo Maslíah (Uruguay), Felo (Chile) y Alexis Díaz Pimienta (Cuba), un improvisador excelente. De México me gusta el trabajo de Las Cano Malos, Radiopatías de Guadalajara y la Orquesta Basura. Son muy buenos, usan instrumentos rescatados de la basura; los conocí con Carlitos (de Les Luthiers) en el Sapo Cancionero. También Alberto Delgadillo hace un humor musical muy bueno.
Ya casi para finalizar, retomo el tema de su disco Génesis, del cual Virulo recuerda que el año próximo cumplirá 45 años de su estreno. Este disco fue seleccionado durante este año entre los 500 indispensables de Latinoamérica.
El bullicio de la noche va terminando en El Alebrije. Normita y Miguel, sus propietarios, desean descansar. Al día siguiente habrá otra noche con Virulo, quien se despide con el anhelo de regresar pronto con un nuevo espectáculo “en serio”. En éste caso anunció un recital en torno al marketing mexicano, y nuestro ingenio para la denominación de negocios, como aquélla taquería llamada la Taquicardia, ubicada fuera del Instituto Nacional de Cardiología.
Así, con esas buenas esperaza, aguardamos el momento más oportuno para seguir riendo con la seriedad de Alejandro García Villalón, y la genialidad de su alter ego, Virulo..