San Luis Potosí, S.L.P.- La Universidad Autónoma de San Luis Potosí se consolidó como una de las sedes más relevantes de la Baja SAE México 2025, evento que reunió a cerca de 30 universidades y más de 600 participantes de distintas regiones del país. Durante varios días, los equipos pusieron en práctica sus conocimientos al someter sus vehículos todo terreno a un circuito que replicó condiciones reales de resistencia, manejo y desempeño técnico.
El maestro Gylmar Mariel Cárdenas, titular de la Secretaría de Vinculación Social Universitaria, destacó que recibir esta competencia permitió mostrar la capacidad de organización de la universidad y el trabajo académico de diversas facultades, incluyendo Ingeniería, Ciencias y el Campus Tamazunchale, que presentó su propio prototipo. Señaló que estas experiencias complementan la formación de los estudiantes al enfrentarlos a retos más allá del aula.
Aunque los resultados favorecieron a otros equipos, el debut de la UASLP dejó aprendizajes importantes y un desempeño digno frente a escuderías con más de diez años de trayectoria. El funcionario adelantó que la institución impulsará la creación de dos escuderías formales, una en la capital y otra en Tamazunchale, para fortalecer la participación futura.
El evento contó con el respaldo de empresas, particulares y dependencias, además del Parque Tangamanga, que facilitó el uso de la pista sin costo, y del Gobierno del Estado, que reforzó la cobertura médica con ambulancias para atender casos menores durante la competencia. Baja SAE reconoció el orden y limpieza del espacio al término del evento, lo que abre la posibilidad de repetir la sede en futuras ediciones.
La Facultad de Ingeniería participó por primera vez con la escudería Racing Fox, integrada por estudiantes y docentes que trabajaron durante dos años en el diseño y construcción de un prototipo desarrollado desde cero. Desde la Región Huasteca Sur también se sumó el equipo Huastecos Acelerados, conformado por estudiantes del Campus Tamazunchale, quienes enfrentaron retos técnicos y financieros para construir su vehículo bajo normas formales, con apoyo de empresas y la comunidad local.
Ambos equipos vivieron exigentes revisiones técnicas, como el reforzamiento del chasis en la víspera de la competencia, lo que evidenció la rigurosidad del certamen. Para el maestro Gylmar Mariel Cárdenas, estas historias muestran el valor educativo de la Baja SAE, pues permiten a los jóvenes ver reflejado su esfuerzo en resultados tangibles y motivadores.