Las Vegas, Nevada.– La noche de este 14 de septiembre quedará marcada en la historia del boxeo. Saúl “Canelo” Álvarez sufrió una dura derrota ante Terence “Bud” Crawford, quien demostró que no era un rival menor, sino un verdadero campeón, al arrebatarle todos los títulos indiscutidos del peso supermediano.
Desde el inicio del combate, el estadounidense mostró una estrategia clara y efectiva. Con movimientos inteligentes, precisión en sus golpes y una defensa impenetrable, Crawford neutralizó los intentos de Canelo por imponer su tradicional presión y castigo al cuerpo. Round tras round, el mexicano fue perdiendo terreno ante un rival que supo controlar el ritmo de la pelea.
Los jueces fueron contundentes en sus tarjetas: decisión unánime a favor de Crawford, con puntuaciones que reflejaron la superioridad técnica del visitante. Con ello, el estadounidense se convirtió en campeón indiscutido de las 168 libras, dejando a Canelo sin los cinturones que había defendido durante años.
La derrota del tapatío no solo significó el final de su reinado absoluto, sino también un duro golpe a su legado en la categoría. Sin embargo, la valentía de aceptar este reto contra un rival de tal calibre mantiene al mexicano en el centro de la conversación boxística.
Para Crawford, la victoria lo consagra como uno de los más grandes de la era moderna, al lograr coronarse en tres divisiones distintas. Para Canelo, el reto ahora será replantear su camino, con la posibilidad de buscar revancha o de enfocar su futuro en otras categorías.