El hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador, Andrés Manuel López Beltrán, conocido como “Andy”, pasó 14 días en Tokio, Japón, alojado en el exclusivo hotel The Okura Tokyo, considerado uno de los tres mejores del país. De acuerdo con facturas obtenidas por Aristegui Noticias, el actual secretario de Organización de Morena desembolsó un total de 1 millón 405 mil 530 yenes, equivalente a 177 mil 067 pesos mexicanos, durante su estancia del 15 al 29 de julio de 2025.
Los documentos confirman que Andy pagó alrededor de 7 mil 630 pesos por noche, cifra similar a los 7 mil 500 pesos que él mismo reconoció en una carta pública. Sin embargo, lo que no reveló fueron otros consumos suntuosos, como una cena en el restaurante “Sasanka” por 377 mil 600 yenes, es decir, 47 mil 627 pesos mexicanos, monto que supera el salario quincenal de un secretario del Comité Ejecutivo de Morena en 2023, estimado en 43 mil 957 pesos.
La primera factura, correspondiente del 15 al 21 de julio, registra un gasto total de 500 mil 410 yenes (63 mil 57 pesos mexicanos), que incluye hospedaje, servicio al cuarto, acceso al spa, minibar y lavandería. La segunda factura, del 22 al 28 de julio, fue aún más abultada: 905 mil 120 yenes (114 mil 164 pesos mexicanos), debido a consumos en cuatro de los siete restaurantes del hotel, bebidas en bares y un cargo adicional por el envío de objetos olvidados.
Entre los gastos omitidos en su versión inicial, destacan varias visitas a restaurantes del complejo de lujo, donde Andy López Beltrán disfrutó de cenas y bebidas con precios que contrastan con la narrativa de austeridad defendida por Morena. Su consumo en el “Sasanka”, especializado en cocina japonesa a la plancha, fue el más elevado y ahora se coloca en el centro de la polémica.
Hasta el momento, ni el hijo del expresidente ni la dirigencia nacional de Morena han respondido a las revelaciones. En redes sociales, las críticas señalan la incongruencia entre los lujos documentados en Tokio y el discurso político de la “austeridad republicana”. El caso refuerza el debate sobre el estilo de vida de la familia López Obrador frente a las promesas de vivir “en la justa medianía”.