• El artista celebró 75 años de vida rodeado de arte y el afecto de sus seres queridos
• El artista potosino, ferviente admirador de María Félix, recibió múltiples muestras de cariño en su aniversario de vida durante una espléndida recepción, donde además exhibió una exposición de dibujo y pintura de su autoría.

Por Silvia B. Olvera.

San Luis Potosí, S. L. P.- Originario de la comunidad de San Francisco, municipio de Santo Domingo, San Luis Potosí; Domingo López Dávila, plasmó desde muy joven en lápiz y papel, su deseo de inmortalizar a través del dibujo y la pintura, rostros, primero de personajes famosos, y luego de sus seres queridos.

Nacido en una familia de campesinos y ganaderos, sus progenitores, Domingo su padre y Anastasia su mamá, a quien cariñosamente recordó como “Tachita”, y describirla como el amor de su vida, le inculcaron los valores, las bases firmes y la libertad para elegir su proyecto personal de vida, y así desarrollarse como psicólogo, pero también como el gran dibujante que es.

“Ella fue la que nos impulsó a mí y a mis hermanos al estudio”, refirió el artista, al mencionar que fueron 10 hermanos, todos con una preparación académica, solo uno de ellos, preservó la tradición del campo y la ganadería.

Domingo recordó durante la charla, su paso por el seminario, un parte aguas importante de sus existencia “a los 17 años se me ocurrió meterme al seminario, mis padres, nos inculcaron la religión católica, supieron involucrarnos de manera correcta esta para profesar el culto católico y creer en la existencia de Dios”.

El artista, cuenta que fue en esa etapa de su juventud, cuando empezó a desarrollar el gusto por el dibujo, “recuerdo que en una libreta con lápiz, dibuje a una madona con un borreguito, fue la primera figura que hice de cuerpo completo y después comencé con los rostros”, detalló nuestro entrevistado.

Decidido a salir adelante y sin defraudar la confianza de sus padres, Domingo emigro a la Ciudad de México en la década de los 60 y 70, para conocer y probar suerte de trabajo en diversas actividades, como el ser dependiente de una famosa tienda departamental de la época, vendedor de seguros de auto y vida, auxiliar admirativo en una mueblería, pasando por encargado de centros de salud psiquiátrico y hasta servidor público.

Sin embargo, la ambición de juventud por conquistar con estudio y trabajo digno el sobre salir en la vida, lo llevó a cursar la carrera de psicología en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, Alma Mater de cual fue egresado para ejercer su profesión previo a jubilarse de su última responsabilidad laboral.

En su paso por el arte del dibujo y la pintura, Domingo comenzó una admiración especial por María Félix, cuando vio en la portada de una revista llamada “Cine Avance” la fotografía de la diva internacional, “Por cierto estaba la  invertida la fotografía, ella lucía bellísima, compre la revista con el fin de saber, qué decían de María, de ahí comenzó  mi afición por coleccionar revistas y fotos de ella” hoy en día, Domingo cuenta con una obra de más de 300 pinturas de rostros de María Félix, hechas por él y una colección de más de 15 mil fotografías diferentes de la actriz mexicana.

En la tranquilidad de su hogar, ubicado en la calle de Zenón Fernández, en pleno corazón del Barrio de San Miguelito, para Domingo, el tiempo se detuvo, pues además es coleccionista de múltiples objetos y muebles antiguos; en su apreciada soledad, el dibujante, da creatividad suelta al rostro que más le inspira o le “encargan”,  o la pinturas a la que dará vida a través de los colores.

Tras un amplio catalogó de creaciones propias, el pintar y dibujar todos los días, le ha permitido a Domingo, un estilo de vida que le permite la posibilidad de exponer sus creaciones, incluso tras un encargo especial, hacer un retrato inolvidable para quien así quiera mantenerse en la posteridad de la vida.

El dibujante, amante del medio de la farándula, también nos detalló, que una más de sus grandes amigas del firmamento de las estrellas, fue la cantante María de Lourdes, a quien también dibujo, y entabló una relación de amistad muy especial “cuando me apasiona un rostro, puedo terminarlo en un día, requiere de mucho esfuerzo, pero sí, no paro de pintar hasta la última línea de expresión de la persona hasta concluir”.

Le preguntamos al artista, si consideraba que los programas de dibujo programados ahora en los sistemas de celulares y computadoras las consideran arte, a los que con sinceridad respondió, “Para mí no es arte, a lo mejor estoy desfasado en el avance de la tecnología en ese sentido y respeto a quienes utilizan estos programas, pero para mí arte es lo que nace de uno mismo, sin medios externos, es tu inspiración y la habilidad que tengas, como el bailar, cantar o tocar un instrumento”.

Finalmente, Domingo agradeció a la vida el llegar a sus 75 años de vida con total libertad de hacer los que más disfruta, como lo es: dibujar, pintar, competir con sus amigos agradables momentos, bailar y lo más importante contar con el cariño y admiración de sus seres queridos, a quienes otorgará un legado único.