Ébano, S. L. P:- Ananina:

Mis ojos observan desde el alto cerro en donde vivo, entonces cavilo; le pienso mucho al ver para tu rumbo; me desespero por no encontrarme con tus ojos.

La brisa que me acaricia, levita recuerdos.

La tranquilidad regresa a mi, cuando metros más abajo, veo un niño correr elevando un papalote de papel china, de color azul mar.

De ese color son tus ojos, que en los míos incrustados quedaron. Perdóname si me equivoco.

Esa mañana la neblina probablemente me hizo confundirme de color.

Y si no lo fueran, los labios de tu rostro luna de Enero, provocan olvidar la mal apreciación de ellos.

Y no me salgas que no me conoces, recuerda la tarde en que me encendiste un puro a la orilla de ese malecón de La Habana.

En que dejaste de darle de comer mijo a las palomas porque los celos te ganaron al aproximárseme una gaviota jinetera.

Un día te prometo que regresare por ti a esa ciudad, que su aroma de tabaco y ron, a ti saben.

Valentín Ortiz Rebolloso / 27 de Enero de 2022